El injerto capilar es un tipo de intervención para solucionar los problemas de pérdida de pelo que requiere de un tiempo de recuperación y adaptación de las unidades foliculares trasplantas para poder disfrutar de unos resultados del injerto capilar satisfactorios. Este periodo depende en gran medida de las particularidades de cada paciente, de las características de su alopecia y del propio cabello, así como del cumplimiento de los cuidados y tratamientos indicados por el cirujano.
No obstante, antes de comenzar el proceso, hay que tener en cuenta que el paciente debe tener unas condiciones concretas, como por ejemplo una estabilización de la alopecia y una zona donante apta para obtener las unidades foliculares, entre muchos otros. Así, una vez lo indique el cirujano, ya se puede realizar la intervención, siempre cumpliendo los protocolos establecidos por parte del equipo médico.
Después de la cirugía de implante de pelo, en la que se han extraído e implantado las unidades foliculares seleccionadas previamente por el cirujano en la zona receptora, el paciente debe llevar a cabo unas pautas durante posoperatorio y el periodo de recuperación para evitar riesgos y conseguir unos resultados idóneos.

Así, en los primeras días tras la intervención suelen aparecer unas pequeñas costritas en el cuero cabelludo que nunca deben ser levantadas. Éstas forman parte del proceso de recuperación del organismo tras la cirugía y habituales en la adaptación de los pelos a su nueva ubicación. En el caso de que, en este periodo de tiempo, alguno de los injertos de pelo se caiga o se salga, el paciente bajo ningún concepto el paciente debe tratar de reinsertarlo.
En este sentido, hay que tener en cuenta que los pacientes deben cumplir de forma correcta con todos los cuidados, tratamientos, indicaciones y revisiones establecidas por el equipo médico responsable de la intervención.

En ocasiones, es posible realizar una segunda cirugía de injerto de pelo, siempre y cuando se estime adecuado. Esta circunstancia debe ser consensuada y analizada en función de cada caso, de las particularidades del paciente, sus objetivos y de las posibilidades establecidas por el cirujano.
Además, gracias a la habilidad del cirujano y a la profesionalidad del equipo médico, en la zona donante, dónde se han extraído las unidades foliculares para realizar el injerto, no se aprecia pérdida de densidad capilar ni se observan calvas, si los estudios previos de densidad y porcentaje de extracción de unidades foliculares por centímetro cuadrado se respetaron y calcularon correctamente.
En las décadas de experiencia de Unidad Médica Serrano, se han tratado miles de pacientes para solucionar sus problemas de alopecia con excelentes resultados gracias a la formación continúan de todo el grupo de profesionales que dirige la doctora Mónica Rolando.