Muchas personas que sufren alopecia creen que existen pastillas “milagrosas” para solucionar la caída de pelo. Sin embargo, los principales tratamientos farmacológicos para la alopecia que han demostrado su eficacia son Minoxidil y Finasteride, pues contribuyen al fortalecimiento y la estimulación de las unidades foliculares, previniendo su caída. Estos fármacos deben ser utilizados bajo supervisión médica y, en muchos casos, son tratamientos complementarios del microinjerto capilar.
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Minoxidil, una solución tópica para la alopecia
Minoxidil es uno de los medicamentos para la calvicie más comunes. Se trata de un vasodilatador que mejora el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo. Así, se consigue que las unidades foliculares adquieran más nutrientes lo que favorece el crecimiento de los pelos, los fortalece y frena su caída.
Este medicamento está formulado con un derivado de piperidina, un compuesto orgánico que fomenta la absorción de nutrientes, como el potasio y el oxígeno, a través de la papila dérmica de las unidades foliculares, una estructura fundamental en su ciclo de vida y crecimiento, según las investigaciones científicas.
Esta situación produce una mejora estética para pacientes con alopecia androgenética, la más común de las calvicies, con el fortalecimiento del cabello y una mejor densidad del mismo. No obstante, los expertos señalan que los resultados del tratamiento con Minoxidil se aprecian varios meses después del comienzo de su uso, aunque cada paciente responde de manera diferente a este fármaco.
Minoxidil es un fármaco de uso tópico que se aplica entre una y dos veces al día sobre el cuero cabelludo, en el área que padece la alopecia, a través de una loción o espuma – en función del fabricante- mediante un suave masaje. Es importante seguir las indicaciones realizadas por el médico ya que la duración la duración del uso de Minoxidil se puede prolongar durante meses y sus resultados deberán ser evaluados para comprobar si los efectos son los adecuados.
En ocasiones, la aplicación de Minoxidil para la alopecia puede provocar dermatitis, irritaciones o erupciones cutáneas que cesarán con el fin del tratamiento. Además, si su uso se interrumpe, los avances conseguidos gracias a este fármaco pueden retroceder al estado inicial semanas o meses después de su última aplicación.
Finasteride, pastillas para la alopecia
Otro de los tratamientos más frecuentemente empleados para frenar la alopecia es el Finasteride, unos comprimidos indicados para aquellas personas que tengan una pérdida de cabello poco avanzada, ligera o moderada, en ningún caso completa. Este fármaco es un regulador de las enzimas que controlan la absorción de testosterona, lo que evita la caída o debilitamiento de las unidades foliculares en las áreas como la parte posterior de la cabeza o la coronilla. No suele ser un tratamiento efectivo para la zona de las entradas o regiones frontales. Para estos casos, es recomendable recurrir a un injerto de pelo que recupere la densidad y aspecto que había antes de la alopecia.
Ambos tratamientos, tanto Finasteride como Minoxidil, son opciones que se pueden adoptar por sí solas o combinadas con otras medidas como las intervenciones de microtrasplantación capilar a través de la técnica FUE y de la técnica FUSS. Aunque siempre debe ser el cirujano quien recomiende el procedimiento que se debe realizar para conseguir los mejores resultados, así como su combinación con estos tratamientos farmacológicos.
En Unidad Médica Serrano disponemos de un equipo de profesionales, dirigidos por la doctora Mónica Rolando, que realizará un estudio previo, la valoración de la zona alopécica y proporcionará las mejores opciones para poner fin a los problemas de pérdida de pelo de forma segura y eficaz.